La industria colombiana ha sido testigo día tras días de la transformación de las cadenas globales de suministro a través de las tecnologías digitales y con este fenómeno el cambio de la estructura propia de la economía nacional. Factores como el aumento de la eficiencia y la reducción de los tiempos de espera son aún un asunto pendiente en la actividad económica local, el cuál necesita acelerar el aparato productivo para reducir la dependencia de ingresos vía venta de materias primas (cerca del 70% de las exportaciones recaen en un solo bien, el petróleo). “Por su parte, en su conjunto el comercio exterior y más específicamente las exportaciones del país de otras industrias no superan el 16% en la economía”. Como consecuencia, hoy somos testigos del ajuste tributario al que es sometido la industria nacional por orden del gobierno gracias al bache fiscal creado por la baja de precios de dichos commodities, (especialmente, minerales, crudo y bienes agrícolas) en los últimos 3 años, situación que no le permite al actual gobierno recaudar ni siquiera para mantener el nivel actual de gastos en educación, salud e infraestructura ( y por ahi derecho de corrupción)
La necesidad de agregar valor a los productos y servicios dispuestos al comercio se ven sujetos por lo tanto a procesos de innovación y alto desarrollo. Las actuales redes globales presentan alternativas versátiles que la misma actividad económica (producción, investigación, diseño) pueden ser trasladadas a cualquier región accesible que cuente con mano de obra relativamente barata. Michael Spence, explica muy bien este fenómeno de la siguiente manera: “El crecimiento de las economías emergentes y su transformación en países de ingreso medios produjo un cambio un cambio al lado de la demanda. Los productores de los países en desarrollo se convirtieron en grandes consumidores. Esto llevó a las redes globales de suministro a transformarse otra vez, para hacer lugar a la dispersión en ambos lados de su estructura, el de la oferta y el de la demanda, en un proceso al que a veces de denomina “atomización habilitada por la tecnología”. Dicha atomización consiste en la división de las redes de suministro en partes más pequeñas, y permite superar las ataduras de la proximidad y las consiguientes restricciones impuestas por los costos de transacción que predominaban antes.”
Hoy el comercio internacional nos permite encontrar diversas formas de incrementar la productividad a través de una oportuna planeación de las operaciones aduaneras para la optimización de costos y tiempos en los procesos de suministro o de distribución física internacional.
Según el ciclo productivo de cada empresa, es importante hacer una revisión detallada de los diferentes mecanismos aduaneros disponibles, tales como los regímenes de importación suspensivos y de consumo, el aprovechamiento de preferencias arancelarias y sistemas especiales de importaciones-exportación, la admisión temporal para reexportación en el mismo estado (antes conocida como importación temporal), el pago diferido de derechos de aduana e impuestos a la importación disponible para los regímenes de importación temporal de mercancías alquiladas, o con contrato de leasing, y para los operadores económicos autorizados (OEA) o usuarios de confianza (que sigue siendo una figura confusa de obtener para importadores o exportadores)
Por otro lado, la provisión de muchos de los servicios logísticos correspondientes al transporte de carga internacional y como tal los servicios de agencias de aduana deben ser revisados en detalle, ya que la intermediación si bien antes era meritoria por la normativa nacional, los cambios en el Estatuto Aduanero a través del Decreto 390 abre la puerta para que directamente sean los actores del comercio internacional otorgando beneficios en el desarrollo de sus operaciones, en temas como la constitución de garantías, el pago diferido de derechos e impuestos y la agilización de trámites aduaneros permitiendo una optimización logística de sus operaciones.
La dinámica de relocalización de recursos como materia prima y mano de obra permite también extender, a través de la planeación adecuada de material requerido, lazos productivos en búsqueda de conocimiento y experiencia. Esto exigirá contar con sistemas de información que soporten de manera actualizada el estado de las operaciones, de manera tal que se disminuyan los riesgos conforme aumente la escala o los volúmenes de compra o venta internacional.
La innovación y el alto desarrollo le exige a una empresa tener la capacidad de aprender, adaptarse y cambiar como elemento fundamental para su éxito a largo plazo. Con la rápida evolución de las preferencias del cliente, los avances tecnológicos y la intensicación de la competencia, aprovechar las oportunidades en los mercados internacionales son algunas de las razones principales por las que una empresa debe poseer capacidad de adaptación y cambio.
Autor: Juan Sebastián Quiceno Calderón